Estimado lector, es un gusto volver a
escribir para este espacio, pues después de mi ultima entrada han pasado tantas
cosas que será difícil enumerarlas, pero a razón de mi compromiso de informar
sobre los avances en esta empresa, trataré de describirlos sin omitir alguno.
A mediados de diciembre del año pasado
mientras asistía a la visita guiada al templo de La Profesa (Ubicado en el cruce de las calles Isabel La Católica y Madero. en la Col. Centro de la Ciudad de México), tuve la gran
fortuna de conocer a una persona que me ha sorprendido por su gran amor al
periodo novohispano y a la pintura en particular.
Me refiero al Padre Cano, quien ahora se
hace cargo de la prolífica colección con la que cuenta la Pinacoteca de dicho templo y quien aporta no solo sus conocimientos,
si no también, su tiempo sábado tras sábado a fin de dar a conocer las obras
que se encuentran en La Profesa.
Es gracias a este magnífico ser humano que he tenido la oportunidad de someter a diversos estudios fotolumínicos (luz Infrarroja, luz Ultra Violeta y
luz Negra), uno de los cuadros que ahí se exhiben, “La Dolorosa” atribuida al
artista barroco de origen florentino pero de formación romana, Bartolommeo
Mancini. Esta obra se encuentra en el muro Este de la Sala Mariana.
Al
tener la oportunidad de someter a reflectología infrarroja la obra he descubierto
importantes datos imperceptibles a la vista que nos otorgan claridad sobre la
procedencia de esta pieza. En mi siguiente entrada subiré los interesantes resultados de este estudio.
Al realizar estos trabajos constaté que,
no obstante el camino aún es largo y apenas se inicia, con la voluntad de las
personas involucradas o responsables de este acervo, se pueden lograr
importantes avances.
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